Vuelta a casa. El camino es largo. Ayer fue un día intenso con muchas emociones, reencuentros, fotos, música y con abundante comida. Además de los entrantes en los que no podía faltar el pulpo, de primero pescado y de segundo carne, y vino claro. Mi preferido, sin duda, el albariño. ¿Quién podría hacerse vegano en una tierra así? Aquí lo raro es que coman algún vegetal.
La lluvia, como no, nos acompañó todo el día. Por eso Galicia es tan verde y su gente tan melancólica. Todavía conserva muchas costumbres y tradiciones. Todavía quedan aldeas. No es raro encontrar por el camino alguna campesina con esa especie de bata que llevan y su pañuelo anudado en la cabeza e incluso en el supermercado a alguna mujer comprando con el delantal todavía puesto. Galicia es tierra de mujeres fuertes.
Sin duda, me parece un destino de los que hay que ir porque siempre te sorprende con sus incomparables paisajes, su gente y su comida.
¿Podría ser tu próximo destino? Tus comentarios son bienvenidos. Enjoy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario